Sam Keen escribió una vez: "Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta."
A pesar de todo, de las cosas que escapan a nuestro control, a pesar de que llueva... hoy es tu cumpleaños. 22 años.
Desde hace tiempo, ya varios años, me preguntaba porqué un día al año me compran tarta, velas, la gente a la que quiero se reúne en torno a mi y acaban cantándome una canción algo repetitiva. Hace ya tiempo que debería ser a revés... yo tendría que felicitar a esa gente por las cosas que me ha dado, por las que me ha enseñado durante todo ese tiempo... por todo.
Y a veces llego a la conclusión de que esa celebración de una vez al año (que no es más importante cuanto más fastuosa es, ni mucho menos) tiene lugar porque, de alguna forma, toda esa gente se siente feliz de que el cumpleañero les incluya en su vida. Les gusta estar en ella. Y por eso celebran el día en que esa persona especial llegó al mundo. Hora arriba, hora abajo.
Y hoy es el tuyo. Y me alegro tanto de que estes en este mundo. Y hay tantas cosas que celebrar... tus sonrisas, tus bromas, tus abrazos, tus palabras de aliento, tu paciencia, tu cariño, tu generosidad, tu apoyo. Por todas esas cosas, me alegro de que nacieses hace 22 años. Hora arriba, hora abajo.
Feliz cumpleaños, Gloria.
1 comentario:
En realidad... No hubo fiesta, ni celebración, ni Cumpleaños feliz. Nadie sopló las velas, porque por no haber, ni siquiera hubo tarta. No me quejo, en realidad, me alegro, porque, oficialmente no tengo los 22. Si me permiten, me quedo en los 21 hasta el próximo. VIva la república independiente de mi vida.
Pero tú conseguiste atravesar la muralla, luchar contra dragones, subir a lo más alto de la más alta torre y felicitar a la princesa. Y me alegro de que estuvieras allí, conmigo, celebrando no sé muy bien el qué, pero a mi lado... Gracias
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