domingo, 15 de noviembre de 2020

Hacia las estrellas

 Anoche miraba el cielo estrellado de Valencia. Quizá una de los efectos positivos de un toque de queda es que a partir de cierta hora ya no hay coches. Menos coches es menos contaminación, menos luces. Y eso significa más estrellas asomándose en el cielo estrellado.

A los pocos segundos pude ver con claridad la figura inconfundible para mí de Orión, el gran Cazador. Lo recuerdo ahora y pienso que lo más natural habría sido que a mi cabeza hubiera acudido la canción "Llamando a la Tierra" de M-Clan, simplemente porque nombran el cielo de Orión. Pero en ese momento en mi mente empezó a resonar otra melodía, una que llevaba años sin escuchar. 

Era la música de una película de mi infancia, la historia de un cazador de dragones y un sabio dragón de voz inolvidable. Una música de orquesta, una melodía de cuerdas y vientos, de voces y tambores, entre la dulzura y la épica. Una melodía de redención.

Traté de hacer una foto de aquel momento y por un impulso sin sentido sentí la necesidad de compartirlo. Pero el recuerdo que quise crear no hacía justicia a lo que estaba pasando dentro de mi. No es eso lo que necesitaba, lo supe en seguida. No era eso lo que quería compartir. Pero lo dejé estar y sólo seguí allí un rato más, mirando a Orion y escuchando aquella música. 

Hay muchas cosas que no entiendo en los últimos tiempos, muchas preguntas sin respuesta. Y empiezo a aceptar que no todas las preguntas deben tener una; o que las respuestas que ansiamos no son lo que realmente necesitamos. 

En aquellos momentos de la noche sentí que al margen de lo que estoy aprendiendo de mí mismo y de lo que aún ignoro, al margen de lo que he decidido que quiero construir para mi vida, lo único que tenía era ese momento exacto, esas estrellas, esa música. Y que eso es lo único que importaba vivir: ese preciso instante, todas esas sensaciones intensas, todas esas dudas y todas esas certezas arremolinándose dentro de mi, golpeando con fuerza mi pecho, apretando mi mandíbula, deslizándose hacia afuera en un rastro casi invisible.

Anoche viví un momento lleno de belleza y de emociones que no quiero explicar. Pero de alguna manera sí quiero dejar constancia de que sucedió.



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