miércoles, 18 de marzo de 2020

Old Fashioned

El fuego crepitaba en el hogar proyectando brillos y sombras por las paredes revestidas todas de madera noble. La estancia era grande, pero con la única iluminación de las cálidas y fantasmagóricas llamas que danzaban iluminándola de forma irregular la ilusión de que esta era mucho mayor era perfecta.

Aquel lugar parecía estar detenido en el tiempo: tenía un aire señorial venido a menos y aún así exhibía su decadente riqueza en forma de interminables estanterías repletas de libros, vitrinas con objetos de lo más extraños y enormes alfombras cubriendo el suelo casi por completo. Un viejo escudo de armas y tres viejas escopetas, una debajo de la anterior, colgaban encima de la chimenea.


En medio de la habitación, simétricamente situados a sendos lados de una pequeña mesa de servicio y encarando la chimenea, se alzaba un sillón de respaldo alto y otro bajo. Sentado en el segundo, a la derecha de la escena, un hombre joven de cabello azabache se mesaba una barba escasa que arrojaba curiosos destellos rojizos. El hombre parecía absorto, con los ojos perdidos en el bailoteo de las lenguas de fuego. 


- Nos vamos a la mierda -dijo una voz grave en algún lugar de la habitación. El hombre sentado salió de su ensimismamiento parpadeando varias veces, buscando con la mirada el origen de aquella voz. A su izquierda, en el extremo casi opuesto de la habitación, tras una barra de madera repleta de botellas de cristal casi vacías, un hombre alto de anchos hombros armado con un mortero se afanaba en machacar un terrón de azúcar dentro de un pomposo vaso ancho de cristal.

- No sé, Ray. ¿Sentencias?¿Propones? No me ha quedado claro -dijo el hombre sentado reincorporándose sobre su asiento- ¿te refieres al jaleo de ahí afuera?

- Dios, no. Mucho peor: nos estamos quedando sin bourbon -contestó Ray negando con la cabeza mientras machacaba otro terrón de azúcar en un segundo vaso igual al primero- ¡Sin bourbon, Nick!¿Puede ponerse peor la cosa?

Nick se rió apretando los dientes en su asiento. Una de las cosas que a Ray se le daba aún mejor que preparar un buen Old Fashioned era coquetear con las hipérboles. En realidad, Ray era un personaje de multitud de virtudes y quizá un solo defecto: era un cenizo irredento. Pero hasta ese defecto sabía convertirlo en una entrañable seña de identidad. 

Su amigo siempre se le antojaba como un cowboy  escapado de una valla publicitaria de Marlboro, de pelo lustroso perfectamente peinado y perilla a lo Búfalo Bill. Debajo de esa imagen de galán pasota, Ray era una enciclopedia de conocimientos y referencias que a Nick siempre le hacían preguntarse cómo era posible que un ser humano supiera todo aquello. Ray era, en definitiva, uno de los seres humanos más singulares que Nick había conocido, y a la postre, uno de los que más apreciaba.

- Viviremos, ya lo verás -repuso Nick mirando de nuevo el fuego- sobre todo tú. Tengo la teoría de que eres inmortal.

Una risa estridente y sarcástica se dejó escuchar dos veces en la habitación, seguida de dos ligeros gorgoteos. Nick adivinó que aquello debían ser los dos chorros de agua con gas de rigor sobre los terrones machacados y aderezados con unas gotas de angostura. A continuación Ray elegiría el mejor bourbon que quedase en la reserva -Bulleit, jugó a aventurar Nick- y suministraría dos generosos chorros a cada vaso. Después el hielo y por último, su frivolité favorita: una corteza de naranja, debidamente exprimida y pasada por una cerilla para darle el toque ahumado. Et voilà.

Ni bien había hecho aquél repaso mental de aquel ritual en su cabeza, Nick se giró al escuchar el característico tintineo de los hielos al chocar contra el cristal: Ray había terminado y se acercaba con el fruto de sus esfuerzos, un vaso en cada mano. Al llegar al sillón que le correspondía, le tendió uno de los dos cócteles a Nick y este lo cogió, haciendo un gesto de brindis con él.

- ¡L'chaim! -exclamó Ray. No era verdaderamente judío, pero como una vez había explicado a Nick, sentía una mezcla de admiración y respeto por ellos, como él decía, "por los eones de puteo que han sufrido" y con los que Ray se sentía identificado. Sea como fuere, se había convertido costumbre entre ellos brindar en yiddish y para Nick esa era una de esas tradiciones absurdas con las que se había encariñado.
- L'chaim -brindó Nick de vuelta. Chocaron sus vasos y bebieron. El silencio siguiente solo era prueba de lo satisfactorio de ese primer sorbo. 

En eso consistía la velada, en ese curioso ritual con el bourbon como aparente protagonista al que seguían interminables referencias de cine e improbables imitaciones, en recuerdos que se empezaban a amontonar, en música y en futuros probables y alternativos. Confesiones, confidencias, consejos que se piden y que se callan. En aquellos momentos había sitio para todo tipo de temas y cada uno los exponía a su manera: Ray dominaba el lenguaje de la épica cansada de los antihéroes de cine resignados que parecía encarnar y Nick se dejaba estar en paz, fuera lo que fuera en cada ocasión, porque en el espacio entre aquellos vasos de bourbon se sentía cómodo y contento, como se siente uno en las buenas compañías que saben añejas, aunque no sean las más maduras ni las más antiguas.

Los vasos fueron aguándose con el paso de las palabras y las risas. No importaba, en realidad ninguno pensaba que aquello fuese sobre whiskey. Aquello, pensaba Nick, iba sobre poder disfrutar de una de esas amistades que la vida te pone delante de forma tardía, sin esperarlo. Sobre las extrañas y entrañables conexiones que se dan cuando dos idiotas descubren que tienen una idiotez muy parecida.  Sobre disfrutar de esas pequeñas cosas que importan aún cuando no exista en realidad habitación señorial, barra, chimenea, hoguera ni alfombras. Aunque todo el escenario descrito sea solo una fantasía en la cabeza de uno de sus protagonistas, encerrado por avatares de la vida en una  estancia mucho menos llamativa.

La escena, en fin, va sobre las cosas que seguirían siendo valiosas y dignas de atesorarse aunque se agotase todo el bourbon del mundo.







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