jueves, 29 de octubre de 2020

La Herencia del Lobo

Hoy me desperté temprano.
Hice algo que me aterraba.
También descubrí que Passenger tiene canciones nuevas y que aprenderé a cantarlas.
Toqué canciones que ya no podía volver a cantar.
Pude reírme y llorar en la misma película.
Volví a jugar con las cartas en las manos y me conté una historia distinta.
Conocí gente nueva y volví a hablar en Inglés.
Volví a disfrutar en el escenario.

Y así son los días. Hay días muy buenos. Pocos. También hay días malos. Por suerte, también pocos.
Y la mayoría son días normales. Como etapas de un viaje que no tiene más que los pasos que caminas. 
Sin espectaculares paisajes, sin grandes conversaciones, sin revelaciones grandiosas.
Solo los pasos que damos, en silencio.

Pero qué importantes son esos pasos insignificantes sin los cuales no habría viaje.

                                               

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