sábado, 31 de octubre de 2020

Saint Swithin's Day

Hace años incorporé a mi vida una frase de Oscar Wilde que decía: "Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas."

Yo siento ese orgullo en las estupideces que cometo. Quizá porque son muy mías, tanto que incluso podría predecir que voy a cometerlas. Ciertas estupideces, sobre todo si me sale del corazón hacerlas, me dejan un sabor dulce en la boca. Puede que haga una mueca al recordarlas algún día. "Qué corte", vendría a decir. O "qué idiota eres". Tal vez "menudo pringado". Pero me reconoceré en esas estupideces porque me conectan con mi parte más vulnerable, más inocente, más... puede que la palabra sea ingenuo. Y en los momentos que importan, aún encuentro cierto orgullo en sentirme así.

Es parte de mi esencia, y la esencia no puede cambiarse. Y parte de la mía es hacer algunas estupideces bienintencionadas; o esperar lo mejor de las personas; o emocionarme con unas notas y una historia; o escribir palabras como quien predica en el desierto; o aprender muy... muy... muy... lento.


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