Ahora si, el viaje llega a su fin. Esta es la última entrada que escribo como crónica de estos 28 dias en Londres. Un viaje que ha tenido momentos muy buenos, otros algo duros... pero que en general puede calificarse de excelente.
No han sido pocas las veces que me han dicho que dejase de contar los dias, que el tiempo vuela y que luego me arrepentiria y echaria todo esto de menos. Echando la mirada atrás, efectivamente, el tiempo ha volado. Parece que fue ayer cuando llegamos cargados de maletas y bajo un sol de justicia.
Seré sincero: echare de menos esta ciudad. Los momumentos, las calles, las casas que ahora solo podre ver en las peliculas. Extrañaré el ambiente, las historias, escuchar canciones en lugares emblemáticos. Echaré de menos el metro, las conversaciones en ingles en las que me trabo y equivoco los tiempos y los géneros, las caras de Jorge cuando no entiende lo que pasa a su alrededor. Echare de menos Portobello, Charing Cross, Leicester Square, Picadilly, Whitechapel... tantos lugares, tantas cosas. Y aun no las he hecho todas.
Pero en mi vida echare muchas cosas de menos, y no siempre tendré la oportunidad de borrar esa añoranza tomando un avión y viajando dos horas. Ahora puedo.
Pero en mi vida echare muchas cosas de menos, y no siempre tendré la oportunidad de borrar esa añoranza tomando un avión y viajando dos horas. Ahora puedo.
Como guinda final, algunas fotos de las dos últimas semanas. Gracias a Paul y Jake por acompañarnos estos últimos dias.