Allí lo tenia: brillante, inmortalizado en una tienducha perdida en la gran ciudad. Se decia que el rey todavia vivia, y que estaba “en el cuarto forrado de leopardo dorado” mientras contemplaba su propio funeral. Se decia tambien que unos pocos elegidos sabían la verdad: la gente de Memphis, Bob Dylan… Aunque claro, todo según aquel cantante argentino.
Pero allí estaba, tallado en bronce o algo parecido, con su sonrisa chulesca, su característico peinado y su pose rock’n’roll.
Mientras le observaba, él pensó que si era cierto que el rey seguia vivo, muy harto tuvo que acabar del mundo como para mantenerse oculto todos esos años. Al fin y al cabo, al mundo no le importaba en realidad si seguía vivo o no, mientras pudiesen seguir escuchando sus canciones.
Dio unas palmaditas en el brazo de aquella regia estatua mientras suspiraba, y se alejo unos pasos. Entonces recordó aquello que ella le contó una vez:
“¿Sabes que todas sus canciones son de amor? Salvo una en la que le pide perdon a su hija por tener que separarse”
“Entonces esa tambien es de amor…”
Y supo que si se habia detenido delante de aquella estatua de Elvis era porque le recordaba a ella. A las canciones que le habia enseñado, a sus miradas, a sus silencios, a las tardes en el parque en las que ella no llevaba su reloj azul en la muñeca…
El sonido de la puerta al abrirse le sacó de su ensimismamiento. Al girarse vió que estaba formando cola, asi que se disculpó, dejó que otros se fotografiasen con el rey y salió de alli canturreando:
“You look like an angel…”
Pero allí estaba, tallado en bronce o algo parecido, con su sonrisa chulesca, su característico peinado y su pose rock’n’roll.
Mientras le observaba, él pensó que si era cierto que el rey seguia vivo, muy harto tuvo que acabar del mundo como para mantenerse oculto todos esos años. Al fin y al cabo, al mundo no le importaba en realidad si seguía vivo o no, mientras pudiesen seguir escuchando sus canciones.
Dio unas palmaditas en el brazo de aquella regia estatua mientras suspiraba, y se alejo unos pasos. Entonces recordó aquello que ella le contó una vez:
“¿Sabes que todas sus canciones son de amor? Salvo una en la que le pide perdon a su hija por tener que separarse”
“Entonces esa tambien es de amor…”
Y supo que si se habia detenido delante de aquella estatua de Elvis era porque le recordaba a ella. A las canciones que le habia enseñado, a sus miradas, a sus silencios, a las tardes en el parque en las que ella no llevaba su reloj azul en la muñeca…
El sonido de la puerta al abrirse le sacó de su ensimismamiento. Al girarse vió que estaba formando cola, asi que se disculpó, dejó que otros se fotografiasen con el rey y salió de alli canturreando:
“You look like an angel…”
1 comentario:
... Y no, me niego a pensar que está muerto. ¿No nos dejó su música? ¿Su voz atercioelada? Eso hace que pueda materializarse cada vez que suena una de sus canciones... Rasgando las cuerdas de una guitarra, al principo o vestido completamente de blanco en su último concierto.
Me gusta la que has elegido, aún así ten cuidado, la canción continúa con un 'You're the devil in disguise (oh yes you are!), devil in disguise (uh uh uh!)...
Y la más insignificante percepción me recuerda a ella... ¿o serán mis sentidos, que me confunden?
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